Clínicas de Chile por impacto del fallo GES en las isapres: “Es una olla a presión que va a terminar reventando a prestadores, médicos y pacientes”
Directivo alerta problema sistémico ante caída de ingresos de las aseguradoras a contar de enero, que impactará a un sector “absolutamente estresado”.
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Luego que la Corte Suprema ratificó hace dos semanas la plena aplicación del fallo por primas GES de las isapres, la cuenta regresiva de los duros efectos de esa sentencia en la industria se aceleró a tal punto que ya está en obligación de informar los nuevos cálculos de precios a afiliados y empleadores en los diez primeros días de diciembre, preparando así una disminución de ingresos a un ritmo de mensual de 11,9% (según el dato actualizado de la Superintendencia de Salud) desde enero próximo.
Este escenario llevó al gremio de las isapres a formular su mayor alerta sobre el impacto de ese dictamen, advirtiendo que dentro de un mes el sistema entrará en riesgo de incumplimiento de las coberturas con implicancias para toda la cadena de la salud. Los principales afectados por esta crisis son los prestadores privados individuales e institucionales, fundamentalmente las clínicas.
“El fallo GES genera una especie de detonante. Como efecto más inmediato de aquí al 31 de diciembre, la contabilización de la provisión de la deuda por los meses que no se postergó la implementación del fallo (agosto de 2023) y alguna isapre podría caer en default por incumplimiento de algún indicador. Y luego, la reducción de los ingresos –la discusión está entre 12,7% y 11,9%- implica del orden de $ 50 mil millones mensuales, lo cual va a generar un déficit entre enero y mayo (plazo máximo para promulgar la ley corta- de $ 250 mil millones”, indica el presidente de Clínicas de Chile, Gonzalo Grebe.
“La deuda de las isapres con los prestadores llegó a $ 652 mil millones en octubre, lo cual implica un aumento de 29% este año”.
“Hoy el mercado financiero está viendo a este sector con mucha preocupación y desde el punto de vista del riesgo, el acceso al crédito está muy limitado”.
“El nivel de conciencia del Ejecutivo respecto a la gravedad es bajo. A estas alturas, no sé qué está esperando”.
A partir del escenario que enfrentan las isapres, el timonel de los prestadores de salud privados enfatiza que este es “un tema sistémico que lleva el problema aguas abajo a las clínicas, que ya siguen soportando un déficit con recursos propios producto de la dilación de pagos”.
- ¿Cuál es la situación de la deuda de las isapres con las clínicas, que a junio había crecido a $ 563 mil millones?
- La deuda de las isapres con los prestadores llegó a $ 652 mil millones en octubre pasado lo cual implica un aumento de 29% en los primeros diez meses de este año, lo cual refleja la situación de arrastre que se va haciendo bastante más compleja. Y no es que la deuda esté asociada a mayor actividad, al contrario, ya que este año se ha visto bastante contraída post normalización de la pandemia y el sector no ha venido creciendo a como se veía antiguamente. Por lo tanto, esta deuda es reflejo absoluto de que el soporte de la crisis lo hemos venido dando los prestadores, y en eso incluyo a los médicos, ya que parte importante de la deuda corresponde a su trabajo que no ha sido cancelado.
Esa cuestión ya es insostenible y, en el corto plazo, la única manera ver para que el sistema siga funcionando es que las isapres -para poder soportar el déficit de $ 250 mil millones-, es que vuelvan a extender los plazos de pago. Por lo tanto, esa deuda se va a seguir alargando a costa de los prestadores.
- ¿Qué tan presionado está el sistema prestador?
- Está absolutamente estresado. Hoy el foco de las clínicas es preparar planes de contingencia ante una eventual crisis de liquidez, como también hacer los mayores esfuerzos en términos de eficiencia ante eventualidades como que el Estado no reajuste mis precios de acuerdo a la inflación o cómo prepararse ante un término de convenios con las isapres.
Además, ahora estamos pensando en lo que va a pasar el 31 de diciembre, donde se puede declarar perfectamente el default de un par de isapres, se corte la cadena de pago y se espere la intervención.
En paralelo, en cuanto a la deuda del sistema público ($ 200 mil millones) con las clínicas recién en la discusión del Presupuesto se estableció que en vez de terminar de pagar en 2026, será en 2025. O sea, deudas de 2018 o 2019 se terminan pagando cuatro o cinco años después y en valores nominales. Así de absurdo es el funcionamiento del sistema.
- ¿De qué manera se va a expresar esto en la relación entre prestadores e isapres?
- Evidentemente puede ser en términos de los convenios. Si uno mira la historia, el tema ha sido marginal, pero de aquí para adelante, efectivamente puede ser que varios prestadores ya no puedan sostener esta situación y tenga que recurrir a la última instancia que sabemos que es la más indeseada, porque en definitiva eso afecta a los pacientes, que deben pagar para después reembolsar.
- ¿Comparte el diagnóstico en cuanto a que los efectos están tan cercanos como en enero próximo?
- Es evidente porque sí lo hemos notado producto de la contingencia que hemos tenido que vivir ya por más de un año. Las isapres recién este año tuvieron números un poquito mejores, pero el aumento de la deuda evidencia que efectivamente el capital de trabajo que va a mantener el sistema funcionando lo hemos tenido que poner nosotros, y para los meses que vienen para adelante no cabe duda que la única fuente de financiamiento o de capital de trabajo lo van a tener que aportar las clínicas, los pacientes y los médicos. Y eso claramente también pone en riesgo la posibilidad de que algunas clínicas puedan mantener continuidad de los acuerdos con las isapres, probablemente algunos van a tener más espalda para poder soportar y otros no.
Adicionalmente, hoy el mercado financiero está viendo a este sector con mucha preocupación y desde el punto de vista del riesgo, el acceso al crédito está muy limitado.
-¿Cómo resume la encrucijada en que se encuentran las clínicas?
- Los prestadores tienen que decidir entre seguir soportando la crisis o tomar acciones como, eventualmente cortar convenios y poner restricciones a los pacientes, lo cual no queremos hacer y no hemos hecho desde que se inició esta discusión que ya lleva un año y medio.
- Meses atrás el gremio alertó el freno a las inversiones en nuevos proyectos e infraestructura ¿cuál es la perspectiva al cierre de 2023?
-Hoy no veo a ninguna clínica dispuesta a abordar un proyecto de infraestructura, que básicamente están asociados a un retorno de largo plazo. En planes de inversión de largo plazo, la primera dificultad está en el acceso al crédito, y si bien se puede tener cierta confianza desde el punto de vista de la provisión mixta en salud, hoy no existe ninguna posibilidad de acceder a créditos en las mismas condiciones que antes, producto de la incertidumbre y los bancos están tremendamente poco receptivos a proyectos en salud. Además, está el problema país que tiene que ver con las tasas de interés.
El factor garantías
- A principios de este mes, Clínicas de Chile cuestionó las indicaciones que envió el Ejecutivo al proyecto de ley corta de isapres que tramita el Senado por excluir propuestas como la mutualización de riesgos. ¿qué expectativas tiene sobre una solución a la crisis?
- No nos corresponde hablar por las isapres. Más allá de lo que creamos que se deba hacer con los seguros privados, el tema que nos compete es que hoy -entre fechas y datos objetivos- está ocurriendo que la crisis de la isapres es una olla a presión que va a terminar reventando a las clínicas, a los médicos y a los pacientes. Esa es la realidad, y las cifras son súper contundentes.
- Frente al riesgo de quiebra de una o más isapres, la Superintendencia de Salud ha asegurado que el sistema cuenta con un nivel de garantía robusto.
- En la cuestión del colapso o término de giro de las isapres, el problema que se genera en la práctica en relación a los prestadores es que, en teoría, eso está cubierto por las garantías que cautela la Superintendencia.Pero hemos sido muy críticos de la metodología de registro de dichas garantías, porque desde nuestro punto de vista no reflejan la realidad de la deuda. Y más allá del monto en cuestión, el tema más complejo para nosotros tiene que ver con los procesos de liquidación de las garantías, que en la práctica son una ilusión.
- ¿Por qué?
- El problema de las garantías da un carácter adicional a la crisis. Aparte de la diferencia metodológica, el tema más relevante tiene que ver con los procesos de liquidación: puede que las garantías estén al 100%, pero la plata no se va a ver nunca, porque además de ser terceros en la lista en prelación de una liquidación, el proceso es tan engorroso que en la práctica no ocurre. Como prestadores no hemos logrado encontrarnos con la liquidación de las garantías de la última quiebra de una isapre en 2017, esa es la realidad. Por eso cuando decimos que cuando una isapre se acaba, el problema viene aguas abajo y va a terminar reventando a prestadores, médicos y pacientes.
Gestiones ante el Ejecutivo
- Con la cuenta regresiva que impuso el fallo GES ¿qué salida viable existe?
- Ante las dificultades para lograr una solución -que se ve muy difícil por las discusiones que se han dado a nivel del Parlamento- el presidente de la Comisión de Salud del Senado, Juan Luis Castro está haciendo una solicitud casi urgente de ayuda al Ejecutivo para que se involucre en esto, porque no hay herramientas para dar una salida.
- Los senadores acordaron acudir al comité político, ¿cuál debería ser su actitud dado el escenario actual?
- Es necesario que tomen conciencia de la necesidad de dar urgencia a la solución entendiendo cuál es el real efecto sobre las personas, dada la evidencia de los problemas que se pueden generar y que todos queremos todos evitar. Esto hace mucho rato dejó de ser un problema de un sector en particular, y aquí hay una sola voz; nadie está pidiendo que no se respeten los fallos de la Corte Suprema o se pase por sobre la ley.
- ¿Qué expectativas tiene sobre la respuesta del Gobierno?
- Ya hemos cumplido un año en esta discusión y nos damos cuenta que el nivel de conciencia del Poder Ejecutivo respecto a la gravedad es bajo. A estas alturas, no sé qué está esperando el Ejecutivo, si se incremente el número de muertes, o que quiebre una isapre o que quiebre una clínica. Probablemente estén esperando que ocurra algo así para realmente movilizarse.
- Tras las indicaciones que envió el Gobierno, ¿sigue siendo la ley corta la vía de solución para el sector asegurador?
- Acá hay una contingencia de corto plazo que hay que resolver, pero siento que efectivamente se logró después de un gran esfuerzo que se hizo en la Comisión de Salud a través de este grupo de expertos transversales, la búsqueda de una salida y una solución a esta contingencia en el marco de una reforma, en el marco de cambios estructurales, todo alineado efectivamente con el entendimiento de los problemas que tenemos y de cómo tiene que evolucionar el sistema de salud.
Entonces, con todo lo que se ha avanzado y trabajado, sería lamentable que todo ese esfuerzo se pierda producto de que hoy día no seamos capaces de abordar esta contingencia, porque al final del día son las personas las que van a sufrir.